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El real Alcázar es el palacio real más antiguo de Europa que conserva su función. Su historia y la singular belleza de sus palacios y jardines hacen de él uno de los espacios más sugerentes y sensuales de la arquitectura española.
Está configurado por distintas construcciones palaciegas que, al igual que la Catedral, suponen una superposición de estilos de diversas épocas. Este conjunto está delimitado por una muralla que data del período almohade. En su interior encontramos, por un lado una serie de edificios de carácter residencial, que se articulan en torno al Patio de las Doncellas y al Patio de las Muñecas. Por otro lado, completan el recinto unos jardines que, partiendo de un primitivo jardín de crucero almohade, se desarrollan en el Renacimiento en torno al Estanque de Mercurio y la Galería del Grutesco. Otro de los elementos destacados en este grupo de jardines es el Cenador de la Alcoba o Pabellón de Carlos V, construcción de recreo que aúna elementos de tipo mudéjar y de tipo renacentista.
El conjunto de los Reales Alcázares representa, en primer lugar, el arte almohade de origen marroquí, sobrio, potente y geometrizante, pero además, es testimonio de la convivencia cultural entre Occidente y Oriente, como bien refleja el arte mudéjar, fenómeno singular sólo existente en España.
En época musulmana, Abd-al Rahman III construyó en el 913 un palacio fortificado, cuyos restos son los más antiguos del Alcázar. En el siglo XI, el rey de Sevilla Al-Mutamid, levantó el que llamó el Alcázar de la Bendición. Los califas almohades Abu Yaqub Yusuf y Abu Yusuf al-Mansur construyeron también aquí su residencia, a ésta pertenece el Patio del Yeso. Tras la Reconquista, Fernando III convirtió el Alcázar en su morada, y en él murió en 1252. Aquí habitó su hijo Alfonso X quien mandó construir el Palacio Gótico. En él surgieron las leyendas de los amores de Sancho IV o Alfonso XI, y sobre todo de Pedro I. Éste fue quien ordenó en 1364 levantar el palacio Mudéjar, que constituye el principal conjunto de los Alcázares que hoy conocemos. Los Reyes Católicos y los Austrias realizaron ampliaciones y reformas de los palacios y jardines. En esta época, en 1526 se celebraron las bodas del emperador Carlos V con Isabel de Portugal. En el siglo XVIII fue residencia de Felipe V de 1729 a 1733 quien estableció durante este periodo su corte en Sevilla. Al ser residencia del Asistente, acogió al ilustrado Pablo de Olavide de 1767 a 1775. Durante el siglo XIX se realizaron diversas intervenciones y a principios del XX se configuraron los jardines exteriores del Alcázar. Hoy sigue siendo residencia de los Reyes de España.
El Alcázar tiene régimen de protección de BIC aprobado por Decreto de 3 de junio de 1931, según figura en la Gaceta de Madrid del 4 de junio de 1931.
Fuente: "Sevilla", de Juan Pablo Navarro. Editorial Maratania.